escritos

¿Es o no el punto arquimedico una virtud? Cuenta la leyenda que Arquímedes defendió que con una palanca lo suficientemente larga podría levantar la tierra. Se metaforiza ahora que con la distancia suficiente se puede entender por completo cualquier fenómeno. ¿Nublan los juicios de valor la verdadera adquisición de conocimiento? Por perseguir el estado contemplativo de la sabiduría es que la realeza inglesa enseña a no opinar. Por esto mismo los antropólogos hablan de “caridad” y ven como inferior al periodismo acusatorio. El zen enseña a despojarse de las enseñanzas de la academia, la sociedad o la religión. En este orden de ideas responder a estas preguntas es un despropósito.

Abril del 2024 


La segunda vez que lo vi fue una mañana desayunando antes de entrar a clase. Me senté en la mesa de al lado sin esperar que me reconociera, pero si lo hizo. Le pregunté que por qué seguía en el país y me contó sobre su trabajo, poco interesante. Lo interesante era su forma de hablar, su acento glotal que me hacía sentir como si estuviera en otro lugar, como si perteneciera a una mejor sociedad. Claro que me he deconstruido y sé que el eurocentrismo es la cagada, pero su voz me daba ganas de ser conquistado, subyugado, menospreciado. En ese momento no había decolonialismo ni feminismo ni anarquismo ni ninguna idea posmoderna que valiera. Lo quería autoritario, lo quería facista, lo quería cruel, lo quería irrespetuoso. Cuán lejos se sentía su mesa separada únicamente por estas ideas maricas que nos metió la revolución. ¿Para qué humanidades cuando todos queremos, en el fondo, que nos traten como animales? Ronronear como gatos, gemir como vacas, morder como perros. Mi cabeza se imaginaba el Kama Sutra entero pero el mal llamado “filtro” que se debe tener en las relaciones sociales para no pasar por un pervertido me hacía preguntarle estupideces sin importancia como ¿y si te ha gustado el trabajo? Me dijo que sí. ¿Y te queda tiempo para hacer otras cosas? (para hacer-me otras cosas, es lo que quería decir). Me dijo que sí. Me moría por preguntarle algo obsceno aprovechando su racha de soltar sí tras sí, pero no lo hice. Le dije que me alegraba verlo, que bienvenido al país y que esperaba verlo pronto. En el mundo onírico lo vuelvo a ver con cierta frecuencia, en el mundo de la vigilia no lo volví a ver.

Marzo del 2024

Gracias a la muerte que me ha dado tanto

 

Gracias por enterrar las raíces que me dieron estabilidad para crecer 

Gracias por darle fuerza a la tierra que me permite caminar 

Gracias por congelar por siempre los recuerdos de quienes más quise 

Gracias por sorprenderme 

Gracias por hacerme sentir, por ponerme el pecho liviano, las manos sudorosas la garganta tensa, los ojos llorosos 

Gracias por barrer siempre los malos recuerdos y dejar la realidad iluminada de esperanza 

Gracias por permitir el olvido, sugerir el desapego y promover la transformación 

Gracias por darle ritmo al mundo

Gracias por mostrarme que tan alto puedo gritar y que tan bajo puedo susurrar

Gracias por tumbarme al piso, por arrollidarme el alma, por enseñarme humildad

Gracias por hacerme cuestionar mis planes, mis caminos y mis metas 

Gracias por hacerme sentir inseguro, inpotente, imprudente, imposible 

Gracias por coquetearme, bailar conmigo una misma melodía hasta el amanecer y no pedirme una segunda canción 

Gracias por asustarme 

Gracias por los cuentos, los sueños, los mensajes ocultos

Gracias por la empatía, la fuerza, el coraje, la irreverencia, la locura, la curiosidad

Gracias por el arte, por la música, por las historias, por las conversaciones 

Gracias por la noche, por la oscuridad, por la calma, por el silencio 

Gracias por tratarnos a todos cómo iguales 

Gracias por la justicia 

Gracias por las risas y por las lágrimas 

Gracias por las preguntas y por las respuestas 

Gracias por no olvidarte de mi ni de mis compatriotas y visitarnos con cierta regularidad

Gracias por revelar la verdad 

Gracias por imponer límites 

A qué tan rápido podemos correr 

A qué tan hondo podemos sumergirnos 

A qué tan alto podemos volar 

A qué tan bajo podemos cavar

A cuantos golpes podemos resistir 

A cuánta sangre podemos derramar 

Gracias por enderezarme el caminado 

Por servir de silla para descansar 

De fuego para calentar 

De brisa para refrescar 

De tierra para sembrar 

Gracias a la muerte que me ha dado tanto 

Y de regreso me ha pedido tan poco.


Diciembre del 2023