licuar papel o el Amazonas

Al Amazonas me fui buscando respuestas después de la pérdida de Lorenzo. En las playas de San Andrés conocí a Marcela, una antropóloga colombiana que había hecho su tesis de maestría en etnomusicología y conocía sobre los cantos de las mayoras uitotos a través de los cuales hablaban los muertos. Seis meses vivió a unos kilómetros de Leticia con la familia de Walter y Kasia. Marcela nos conectó y fui a quedarme con ellos.

 

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Cuando pequeño veía a Dios, o me lo imaginaba, concluí después. Con el tiempo mi retrato imaginario fue arcándose más y más a la forma que mi cultura usaba para retratar a Dios, un hombre blanco con barba blanca. Eventualmente se me olvidó cómo era esa imagen inicial de Dios. Más aún, dejé de creer en Dios, fui ateo por un tiempo y luego desarrollé una especie de espiritualidad centrada alrededor de la naturaleza. Encerrado en una maloka cubierta en su interior por una capa inmensa de plástico negro que evitaba la entrada de la poca luz que llegaba a medianoche de la luna y las estrellas, me dijeron que vería a Dios. – Yo no creo en Dios, pensé. Seguro veo a la madre naturaleza, que es mi diosa, o a la selva, o al big bang, la creación de los átomos pensaba. Algo de esto si miré (uso el verbo mirar por que es el que usaban Walter y Kasia cuando vestidos de blanco me guiaban a través de mi experiencia). Ya la vi, pensé, eso fue, ya miré. Teniendo la tranquilidad de que ya había mirado lo que tenía que mirar me relajé y me entregué un poco al tiempo esperando que mi experiencia terminara. Fue ahí cuando lo vi, justo como lo había visto tantos años antes cuando era niño, más que verlo, me acordé: va sobre una nube blanca tan brillante como el sol, está sentado como indio, su cuerpo es dorado y su cara está hecha de una pirámide de cubos que le permiten no tener un frente ni una parte trasera. No es humano, no tiene barba, es geometría sagrada y juego de luces, no habla, está quieto.


Wabi Sabi

El Wabi Sabi es blues, es jazz, es punk, es anti art, es destructivismo[1]. Son los mares de Hiroshi Sugimoto. Es la contemplación y meditación del dansaekwa coreano[2]. Lo sublime y lo bello del romanticismo alemán. Lo metafísico del mono ha japonés. [3], lo esencial del povera italiano[4], es la extinción de una belleza[5], es la huella de una hoja sobre la tierra, la ruptura en el cuadro del mar en Montencillo. Es anti-racionalismo. Es una mujer en la india despertándose por la mañana a hacer un mandala kollam con tiza en la entrada de su casa, y la misma mujer esa misma tarde recogiendo con una escoba los polvos con los que dibujó en la mañana. Es la sugestión del paisajismo inglés. Es Vik Muniz haciendo arte con basura, es Elena Hoyos haciendo arte con residuos, es Delcy Morelos haciendo arte con tierra, es el saudade portugués.

 

El Wabi Sabi es la descripción “suficientemente buena” de Viveiros de Castro, explicar el concepto completamente puede deteriorarlo[6]. Es el huito azul volviéndose gris después de unos días, el negro del carbón perdiendo su intensidad. Es la intrigante capacidad que tiene el sol para quitarle el color a las cosas. Es un estilo de vida, un camino espiritual, es rústico. Es una respuesta radical a la “perfección y la hermosura” de la estética china del siglo XVI[7]. Es abstracto, es presente, es ambiguo, es contradictorio. Es el liquen que le crece a las tejas de barro viejas. Es la humedad separando la pintura del estuco, es el trópico. Es la creencia de que todas las cosas están “devolucionando hacia o evolucionando de, la nada” [8]. Es impermanente, imperfecto e incompleto. Es irregular, íntimo, simple.

 

Es aceptar que:

 

Todo se descompone. Los planetas y estrellas, incluso cosas intangibles como reputación, herencia familiar, memoria histórica, teoremas científicos, pruebas matemáticas, gran arte y literatura (…) todo eventualmente se desvanece en el olvido y la no existencia[9].

 

Es saber apreciar el ciclo natural de la vida y la muerte. Es preguntarse por los ideales de completitud

 

¿Está completa la planta cuando florece? ¿Cuándo da semillas? ¿Cuándo la semilla germina? ¿cuándo todo se vuelve compost? (…) El Wabi Sabi representa el opuesto exacto del ideal occidental de gran belleza como algo monumental, espectacular y duradero.[10]

 

Es nostalgia, melancolía, encandelillamiento. Es la bruma en la madrugada, los colores de la tormenta.  Es soledad y es tranquilidad [11]. Es deshacerse de todo lo innecesario. Es ser gentil con el planeta y respetar sus límites. Es animismo. Es el punto medio entre el aburrimiento y la ansiedad, es el balance entre el placer que nos dan las cosas, y el pacer que nos da la libertad de las cosas[12].

El Wabi Sabi es la evidencia del tiempo. Es la suciedad en los cuadros, los bordes irregulares, la ausencia de marco. Es el sol, el viento, la lluvia, el calor, el óxido, la mancha, las grietas[13]. Es silencioso, es anónimo. [14] Es borroso, atenuado. [15] El Wabi Sabi es una serie de sugerencias de cortesía para la ceremonia de servir el té. El Wabi Sabi está abierto a interpretaciones. Wabi Sabi es desaprender que “aquello que destruye y corrompe siempre es lo malo, y lo que preserva y beneficia siempre es lo bueno”[16]. O que se debe criticar el arte por “imposible, inverosímil, (inútilmente malo), contradictorio” o contrario a sus propias exigencias.[17]. El Wabi Sabi no busca atemperar, ni moralizar. Simplemente no busca.

 

El Wabi Sabi es zen.



[1] “Destruction, documents on contemporary art”, modificado por ultima vez el 14 de mayo del 2024, https://www.whitechapelgallery.org/events/destruction/

[2] “What You Don’t See: Meditating on Korean Monochrome Painting”, modificado por ultima vez el 14 de mayo del 2024,  https://www.artic.edu/articles/1048/what-you-don-t-see-meditating-on-korean-monochrome-painting

[3] “Mono Ha: The School of Things”, modificado por ultima vez el 14 de mayo del 2024, https://cardigallery.com/magazine/mono-ha-the-school-fo-things/

[4] “Arte Povera”, modificado por ultima vez el 14 de mayo del 2024, https://historia-arte.com/movimientos/arte-povera

[5] Koren, Leonard. Wabi-Sabi for Artists, Designers, Poets & Philosophers. Estados Unidos: Imperfect publishing, 2008. 7.

7. G.W.F Hegel, Lecciones de estética (México: Ediciones Coyoacán, 2011.) 9.

[6] Koren, Wabi Sabi, 18.

[7] Koren, Wabi Sabi, 26.

[8] Koren, Wabi Sabi, 39. Traducción propia.

[9] Koren, Wabi Sabi, 39-49.

[10] Koren, Wabi Sabi, 50.

[11] Koren, Wabi Sabi, 54.

[12] Koren, Wabi Sabi, 59.

[13] Koren, Wabi Sabi, 62.

[14] Koren, Wabi Sabi, 68.

[15] Koren, Wabi Sabi, 71.

[16] Platón, La república 608e

[17] Aristóteles, La poética 22