pintar papel o Prado

Hoy en día no me llevo arena de las playas que visito. Alguien me dijo que era tan irrespetuoso como dejar mi basura botada. Los pocos tarros que sobreviven perdieron su etiquetado y ya no se sabe de qué playa es cada arena. ¿Sirven de algo los recuerdos? Después de un tiempo la realidad se mezcla con la imaginación y el resultado es un híbrido entre una historia real y una inventada. A Prado realmente no sé si fui, esa época de mi vida se ha ido volviendo cada vez más borrosa desde que Lorenzo no está. Que no es que no esté, sino que está en esta forma híbrida, en forma de historia o de recuerdo. Es por esto que hacemos arte, Hannah Arendt tiene razón. Pero lo verdadero no asegura ser necesario, ni mucho menos correcto.

 

De alguna forma el romanticismo alemán llegó a mí. Los cuadros de mi bisabuelo que tanto me inspiran están inspirados en cuadros de paisajistas colombianos como Gonzalo Ariza, Ricardo Borrero Álvarez o Ricardo Gómez Campuzano. Todos ellos a su vez inspirados en Fréderic Edwin Church, los paisajistas viajeros y los artistas de la Escuela del Río Hudson, representantes estadounidenses del romanticismo alemán. Tal vez por esto al viajar tomo fotos que buscan atrapar un sentimiento sublime, de grandeza de la naturaleza y el espacio.

 

Prado fue sublime. El atardecer morado y la consecutiva noche estrellada vista desde una superficie flotante en el lago… Por supuesto que a Prado fui, sino que me duele recordarlo. Los recuerdos felices se tornan tristes a medida que el tiempo los perfuma de nostalgia y melancolía. También pasa lo contrario, el mismo perfume del tiempo puede volver un recuerdo triste en uno feliz.  Tenemos, para alivio de nuestro corazón, la magnífica capacidad de olvidar lo malo y recordar lo bueno. Es agridulce el alivio cuando menos. A veces desearía recordar mejor a Lorenzo, pero ya han pasado tres años y su imagen se empieza a confundir. A veces desearía no recordar nada en lo absoluto, pero sólo han pasado tres años y su recuerdo se niega a seguir sus pasos.


Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y lo sublime

Las lecciones de estética de Hegel están en gran medida influenciadas por las nociones de Kant expresadas en ensayos como Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y lo sublime. Lo sublime es la contraparte de lo bello. “La noche es sublime, el día es bello, (…) lo sublime conmueve, lo bello encanta (…) el entendimiento es sublime, el ingenio es bello” [1]. La audacia es sublime, la astucia es bella. La amistad es sublime, el amor es bello[2], la tragedia es sublime, la comedia es bella[3]. Las ideas de Kant fueron bastante difundidas, y muy pronto, después de publicarse, surgieron más estudios de estética relacionados con el sentimiento de lo bello y lo sublime[4]. Estos sentimientos se volverían parte central del universo del romanticismo. Los maravillosos paisajes de Caspar David Friedrich, Ludwig Richter o Carl Blechen logran todos transmitirlos acertadamente.

Después de tejer un mapa de sentimientos utilizando con orgullo toda la riqueza del lenguaje, Kant habla de las diferencias entre sexos y entre pueblos. En estas secciones sus ideas son en extremo anticuadas y prejuiciosas, y hoy en día suenan inaceptables. Las mujeres no deben aprender geometría[5] o, los orientales no tienen “concepto alguno de lo moralmente bello”[6] o, los negros son estúpidos[7], son todos ejemplos de un lado oscuro de las ideas alemanas de la estética, que perjudica significativamente las observaciones de Kant, las lecciones de Hegel que le siguieron, la génesis de Heidegger y el apocalipsis de Arendt. Ante la búsqueda por un bien utilitarista que justifique la contaminación de la industria del arte aparecen varias respuestas, que comparten entre ellas una visión del arte como algo cercano a la divinidad, pero no a la divinidad natural animista sino a la deidad teológica positivista. Una deidad basada en ilusiones de permanencia y eternidad que la naturaleza nos recuerda a diario son falsas. Una deidad que se cree civilizadora, moralizadora o capaz de corregir a los pueblos que no están siguiendo el camino que esta deidad profesa como correcto. El problema se vuelve circular. No habrá bien utilitarista en el Arte, pues



[1] Immanuel Kant, Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y de lo sublime (España: Alianza editorial, 2022.) 211.

[2] Kant, Observaciones, 209.

[3] Kant, Observaciones, 212.

[4] Introducción a Kant, Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y de lo sublime, p. 13.

[5] Kant, Observaciones, 230.

[6] Kant, Observaciones, 254.

[7] Kant, Observaciones, 255.